Muchas son las conversaciones a nivel nacional en la que se pide la opinión acerca del golpe de estado en la hermana república de Honduras, y muchos son también los ignorantes areneros que abren su boca para mostrar su falta de escuela, al decir que no es golpe de estado, es solamente un cambio de gobierno dicen, no hay que entrometernos en los problemas de otros países, repiten también.
“Un golpe de Estado (calco del francés coup d'État) es la toma del poder político de un modo repentino y violento, por parte de un grupo de poder, vulnerando la legitimidad institucional establecida en un Estado, es decir, las normas legales de sucesión en el poder vigentes con anterioridad.” Wiki pedía.
Más claro no puede ser, podemos pasar días, meses o años tratando de convencer a esos indios areneros que la luna no es de queso, pero si así quieren vivir en su mundo de sueños, tonterías y brutalidad es cosa de ellos, el español es una lengua tan extensa y completa que perfectamente todas sus palabras tienen significado.
Nuestro bello país tampoco está solo, el secretario general de la OEA, el Sr. Insulza visitó a raíz de los sucedido en Honduras a nuestro país, para anunciarle al presidente electo por los salvadoreños, Mauricio Funes que lo mismo sucedido en Honduras puede ocurrir en El Salvador, pues los cavernícolas de la ultraderecha recurren a las fuerzas militares cada vez que no les gusta que un gobernante les quite privilegios y se los de a los más pobres, ya los quisiera ver ir a pasar hambre y frio a las montañas, pero son debiles no durarian ni un dia..
Si el presidente Zelaya fuera un tirano en su país, después de derrocarlo el nuevo presidente y su equipo de gobierno deberían ser recibidos como héroes, desfiles y fuegos artificiales adornarían las noches hondureñas, pero, en cambio el nuevo presidente después de decir que uniría a la familia catracha, decreto toque de queda, desconexión de electricidad, cierre de televisoras y radios, persecución de periodistas nacionales y expulsión de los extranjeros, va tan cerca de lograrlo como que un arenero no va a robar, ser corrupto o criminal.