lunes, 4 de mayo de 2009

El fin de una cuestionada gestión legislativa

Iván C. Montecinos

El 30 de abril finalizron los tres años de gestión de los diputados electos por el voto popular, muchos funcionarios dejarán con pesar las sillas del poder, algunos que fueron reelectos continuarán disfrutando las mieles de la autoridad. Hoy es un día para la reflexión, la nostalgia y el continuismo.

Los que se van tendrán mucho tiempo para meditar sobre las cosas buenas y malas que hicieron durante su gestión, otros sencillamente lamentarán no haber dejado ninguna huella que les recuerde como buenos funcionarios públicos. Unos por lo menos cultivaron buenos amigos y otros pasaran a engrosar la lista de los despreciables que ocuparon sus cargos solamente para su propio beneficio y fueron indiferentes a las solicitudes de muchas personas que demandaban sus buenos oficios para resolver problemas sociales del país.

Para los que dejan el poder sin mayor pena ni gloria solamente les queda el recuerdo de aquellos días de lisonjas, abrazos, aplausos deferencias especiales, las cuales en muchos casos fueron brindadas con hipocresía, en atención al cargo político desempeñado. Para los que realizaron una gestión pública aceptable perdurará el agradecimiento y la admiración sincera de un sector de la población que les recordará con mucho respeto y aprecio.

Dentro de todo el río de sentimientos encontrados al final de una Asamblea Legislativa, a la población le queda la frustración de lo realizado por los “padres de la patria” en las últimas dos semanas, tiempo ocupado para tratar de hacer, a la carrera, lo que no realizaron en tres años de gestión, aprobación de algunas reformas constitucionales, leyes muy importantes para el desarrollo del país y la elección de algunas importantes autoridades públicas que ya finalizaron o están por terminar el periodo para el cual fueron electas.

Para el caso se puede citar la frustración en la penúltima plenaria donde se esperaba fuera aprobada la enmienda a la constitución para permitir las intervenciones a las telecomunicaciones, tan demandada y cacareada por los sectores de la derecha, durante los últimos cinco años que estuvieron en el poder y justo ahora cuando ya se había logrado un consenso entre las distintas fuerzas políticas sobre este tema, aparece un diputado de la Democracia Cristiana, quien molesto por no producirse el dictamen, a su manera, sobre la prohibición de la realización de matrimonios del mismo sexo y utilizando un falso discurso moralista, que pocos creen, convenció a las otras facciones derechistas de congelar la votación sobre las escuchas telefónicas.

Lo más lamentable sobre este caso, fue la posición de algunos diputados oficialistas que al referirse al caso de la escuchas telefónicas, descaradamente reconocieron en público de que todas las leyes presentadas para su aprobación están amarradas en un combo, paquete o llámesele como quieran terminó diciendo en una intervención el diputado Roberto d’Aubuisson.

A lo anterior se debe agregar la negativa de los diputados a tratar lo concerniente a las reformas electorales, tan demandadas por instituciones nacionales como FUSADES y organismos internacionales como la Comunidad Europea y la Organización de Estados Americanos (OEA). Y pensar que estas reformas electorales están contempladas en los programas de gobierno presentados por los dos partidos mayoritarios en las recientes elecciones presidenciales. Ahora este tema ya no parece ser tan importante y se dejan de lado, olvidándose las recientes promesas de campaña.

Para colmo de males, los parlamentarios de la derecha intentaron bloquear la elección del Fiscal General de la República, todo por un capricho y una indecisión de la fracción arenera, que por el momento están sin un claro rumbo y parecen más perdidos que una cabra en procesión de semana santa, al no tener una clara dirección partidaria y a última hora deciden darle el respaldo al fiscal emergente Astor Escalante, quien ya había sido excluido de la lista de donde se elegiría al titular de la fiscalía. Al final parece que prevaleció la sensatez y Astor Escalante ya no es punto de honor para Arena y nuevamente fue descartado de la lista, esperando que el próximo fiscal sea electo en la última plenaria.

Como remate a las malas prácticas diputadiles, en una fugaz plenaria del pasado viernes, el bloque de la derecha intentó aprobar que el cuestionable Registro Nacional de las Personas Naturales (RNPN) ya no esté bajo el control del ejecutivo y pase a ser administrado directamente por el Tribunal Supremo Electoral. Lo curioso es que el próximo partido de la oposición, Arena, cuando era parte del gobierno, se oponía rotundamente a esta medida.

Todo esto sucede en momentos en que FUSADES a través de sendos campos pagados en los principales periódicos hace un enérgico llamado a los diputados y diputadas, que entre otras cosa le expresan lo siguiente: “Pusimos el país en sus manos. Ahora es su turno de fortalecer nuestra democracia legislando con transparencia y ética no nos defrauden. Voten con responsabilidad”.

Sin embargo, así como están las cosas al final de este periodo legislativo, este llamamiento de FUSADES tiende a caer en el vacío, por estas malas prácticas de los diputados de dejar para última hora la aprobación de trascendentales leyes y la elección de funcionarios idóneos para dirigir importantes instituciones del estado. Como ya es costumbre en estos periodos las diferentes fracciones tienden a amarrar estas decisiones a intereses y caprichos partidarios.


Iván C Montecinos, periodista colaborador de Diario Co Latino y Raíces.
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