viernes, 28 de agosto de 2009

Protestas "populares"

Colatino

Salvo las protestas de las comunidades afectadas por la construcción de la represa El Chaparral, que merecen un editorial aparte, por la justeza del reclamo y por la escasa maniobra del gobierno, el resto creemos, tiene “gato encerrado o hay mano peluda”, perspicazmente hablando.

Obviamente, habrá excepciones. Es decir, seguramente, hay algún centenar de campesinos, que movidos por otros, han tenido que salir a la calle a reclamar su dotación de frijol y su respectivo fertilizante.

Otros, seguramente, han salido a obstaculizar las carreteras, sorprendentemente bien coordinados, como ocurrió el pasado miércoles en San Martín, Ahuachapán y Chalatenango. Un día antes se hizo lo mismo en Lourdes, Colón, departamento de La Libertad.

Es curioso lo de las protestas, por varias razones. En primer lugar, nunca el gobierno había tenido tanta demanda. Y es que según los informes del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), los paquetes de frijol no pasaron los 80 mil, y este año, en un afán de incrementar la producción, en respuesta a una nueva política agraria, entregó el doble, 160 mil paquetes, lo que significa que los campesinos o agricultores beneficiados fue el doble.

Puede, ser también, como lo explica el MAG, que el nuevo gobierno haya despertado el interés de más campesinos por sembrar el vital producto de la canasta básica, pero, si estos históricamente fueron relegados de esos beneficios, difícilmente se puede creer que tenga la capacidad instalada para realizar dichas protestas.

No dudamos, tampoco que, el nuevo sistema de entrega de los paquetes agrícolas tenga sus pequeñas fallas, es lógico, pero, no creemos que todos los que han sido beneficiados en años anteriores hayan sido descalificados de tal beneficio. Esto no encaja ni con el perfil de las nuevas autoridades del MAG, ni con el del gobierno del cambio del Presidente Mauricio Funes y Salvador Sánchez Cerén. De ahí que en las «protestas» debe haber gato encerrado o hay mano peluda, como decimos los salvadoreños perspicaces.

Otro elemento sospechoso es que han aparecido organizaciones totalmente desconocidas. Es decir, de la noche a la mañana han aparecido federaciones campesinas bien organizadas.

Y por último, el trato y la cobertura de los autollamados “grandes medios” ha sido asombrosa. ¿Por qué?, en primer lugar porque han sido tema de portada, jamás en este país los diarios les han dado portada a los campesinos o al movimiento popular porque los consideran de izquierda o “manipulados por la izquierda”. Además, el lenguaje que utilizan es hasta cierto punto dentro de los cánones periodísticos, cuando, en otros momentos les dicen: “chusmas, fascinerosos, la peor lacra, revoltosos”, etc. O sea, pues, hay muchos indicios que despiertan muchas sospechas.

No obstante, el MAG debe atender y rectificar en los casos que se haya equivocado, todavía está a tiempo.

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