Fiebre Porcina, ¿Aportación de las farmacéuticas a la crisis?

Hace décadas que las grandes multinacionales que controlan el mercado alimentario y farmacéutico se dedican a experimentar fórmulas que les permitan obtener el máximo beneficio al menor coste, es decir, en alcanzar una cada vez más defectuosa pero también más enriquecedora producción a gran escala.

Aquí entran en juego 1) los alimentos transgénicos (destacándose en Europa los estados de España y Rumanía como principales y cínicos doctores Batracio que juegan con la salud de sus ciudadanos) y 2) los antibióticos con que se manipulan a cerdos, vacas, pollos… con el fin de favorecer la producción a gran escala de forma que se reduzcan drásticamente las víctimas que quedan en el camino durante el proceso.

Todo ello se llama manipulación genética y uno de sus contrastados resultados (a pesar de que se silencia a la comunidad científica en los medios, que copan funcionarios serviles al poder político y económio) es la transimisión vectorial de virus entre distintas especies.

Toda manipulación genética consiste en introducir un elemento ajeno, un virus, en un objeto animal o vegetal X con el fin de hacerlo más resistente a las adversidades atmosféricas. Generalmente, estos virus, que mutan continuamente, no afectan a otras especies, como el hombre, pero en ocasiones alcanzan su sistema inmunológico, momento en que surge la pandemia.

Aunque es cierto que el Poder se dedica a amedrentar a la población con falsas noticias que hacen la labor de cortinas de humo, no lo es menos que el mismo Poder, dominado por las castas de los oligopolios financieros, utiliza a la misma población como conejillo de indias colectivo en sus propósitos de lograr un máximo rendimiento económico en la producción.

Voy a explicar, clara, aunque de forma tabernaria, el proceso de mutación:

Para que una hortaliza X se adapte mejor a un clima Y, de modo que la producción genere beneficios inmediatos, se introduce en la hortaliza X un virus Z. Desde el primer momento, este virus Z se extiende por el clima Y, siendo el aire el vehículo conductor. El virus, que no es un ser vivo en el sentido estricto, puede permanecer dormido largo tiempo, hasta que se produce la mutación, esto es, hasta que contamina un organismo W. No obstante, el propio elemento X, la hortaliza, ingerida por W, el organismo (animal u hombre) encuentra el campo idóneo para la mutación, en general más pronta que cuando espera en el aire.

Me explico mejor: si el virus Z ha contaminado el clima Y en Chicago, no es exagerado afirmar que menos de 24 horas después esté ya en el clima Y2 en Bujumbura, Yakarta o Estocolmo. Sucede, cierto, que difícilmente mutará. Ahora bien, si el virus Z, habiendo contaminado la hortaliza X, penetra en el organismo devorador W (animal u hombre), entonces, en caso de producirse la mutación, ésta será no sólo visiblemente más tempranera sino además más peligrosa.

Los virus Z se destinan también de forma directa a la manipulación genética de animales, que es cuando hablamos de aplicación de antibióticos a ciertas especies que consume el hombre (pollos, cerdos…) Como todos sabemos o deberíamos saber los antibióticos son virus, esto es, elementos externos, ajenos al organismo en que se introducen. Por lo general, estos virus no mutan causando perjuicio a dicho organismo, pero cuando, sin control, en busca de un gran beneficio económico (multinacionales), los procesos científicos se ejecutan irresponsablemente, las mutaciones no tardan en surgir.

Se está estudiando si el propio VIH, en contra de la teoría oficial, no se habrá producido por el cultivo de transgénicos en ciertas zonas de África hace ya muchas décadas. Es, por contra, INNEGABLE, que nuevas y más virulentas cepas de enfermedades tales como la tuberculosis (que ha reaparecido en todas partes, incluyendo Europa), la viruela, el dengue, etc., han surgido como CONSECUENCIA del cultivo de transgénicos.

La gripe porcina manifiesta todos los indicios de este tipo de fenómenos. Por tanto, muy probablemente, casi seguro, no se trata de una estratagema política, sino de un hecho consecuente con la negligencia y oscurantismo oligárquico, de un hecho que manifiesta el nulo pudor y el inexistente respeto que los gobiernos demuestran hacia una ciudadanía cuya salud deja mucho que desear respecto a las posibilidades que los avances científicos nos habían permitido soñar al acercarnos al final del siglo XX.

Fuente: Acratas