jueves, 19 de marzo de 2009

Amor, fama, sueños, críticas, ilusiones, esperanzas...


Probablemente me equivoque en mis apreciaciones, pero desde Schafik Jorge Hándal (Simón o el Schafo para los más cercanos), no ha existido en esta tierra otra persona que haya sido capaz de cargar con el enorme peso de las aspiraciones del El Salvador con el corazón a la izquierda, hasta el Mauricio Funes que existe desde las 8:00 pm del domingo 15 de marzo de 2009.



Al camarada Handal (quien a su vez cargaba con el legado de Farabundo Martí) tuve la oportunidad y el gusto de verle desempeñando su labor como Diputado en la Asamblea Legislativa o mientras participaba en alguna marcha, protesta pacífica, tribuna pública, conferencia de prensa, o bien como asistente (de honor obviamente) durante eventos para festejar algún tipo de reivindicación popular. Para mi, estar frente a una persona a quién se le debe tanto ahora, o a partir de ahora más que nunca mejor dicho, ha sido una tremenda experiencia, no solo anecdótica sino también estremecedora; quienes hayan experimentado esa situación seguro compartirán que uno se sentía bien, escalofriado y agradecido por una vivencia de tal magnitud. Por eso no fui a su vela al Auditorium de Derecho, para recordarle trabajando, sumamente amable y ameno, si chistoso el maestro, casi que como a un abuelo pues; nada que ver como le pintaban, para nada.


La mítica aura del comandante rodea hoy a Mauricio, quiérase o no, de la misma forma en que los argentinos no pueden (ni quieren) desligar a Leo Messi del Diego. Hago un paréntesis acá para apuntar que también han existido y existen aún otros personajes que por sí solos son dignos de tremenda admiración, como Arnulfo Romero, Roque Dalton, Arturo Rivera y Damas, Gregorio Rosa Chávez y Jorge González, por mencionar a algunos.


Hoy miércoles, a 72 horas del evento que nos llena de dicha el alma al 51% de nosotros(as), los medios de comunicación han metamorfosiado para brindar cobertura también al discurso de "la ahora minoría de oposición": algunos culpando, reculpando y recontraculpando al bachiller Antonio Saca por su intransigencia y exceso de vanidad, al creer que por su linda cara porcina la gente iba a aceptar al candidato que él se empeñó en imponer.


Da risa la verdad, un poco de pena ajena también, leer a Manuel Hinds y ver a Hugo Barrera con sus rollos de "ya ven, se los dije"; o sea, solo en el caso del "renco", y no pues hasta señalado como escuadronero por la Comisión de la Verdad está y aún así viene y continúa volándole pluma al ente que le ha permitido maniobrar para pagarse los guardaespaldas que cuidan que no se lo vayan a echar cuando anda en la calle. El tema da hasta para guión de película maniática, con el maitro agarrando su bastón y apretando un botón para transformarlo en arma y usarla contra ya suponen quien.


Hemos cambiado, ajá, todos(as): desde la "despedida" del Chele Torrez entre su tratamudez-pedanteria-prepotencia etílica; las sonrisas y cánticos fingidos de sus aliados, quienes han hecho lo que han querido mientras el resto nos hemos tragado, no el orgullo, sino la rabia para no empeorar el entorno; los empresarios, funcionarios, columnistas, comerciantes, políticos y analistas quienes están desenrollando la alfombra roja más grande de la historia del país para ponersele a las órdenes a Mauricio y etcétera, etcétera. ¡Ahora todo mundo amor y paz!


¡¡¡Sobalevas la mara men!!! Yo crecí en la Zaca con pura mara calle, acabada y feliz a pesar de y eso de andar adobándole el gusto a otra persona jamás ha formado parte de mi personalidad, ni por las malas (tal vez para caerle a alguien en mi etapa puberhiperhormonal, pero eso es otra cosa); ni cuando me tocó "trascender" de la San Alfonso al Liceo para tener un título de prestigio, el cual si no fuera por obra y gracia de la cuota diferenciada, hoy sería del INAM y no pasara nada. Sin embargo, repito, la escuela de driblar entre bichos bien, disquesurfers, viajados, con Oakley, Swiss Army y que solo andaban con chavas de La Asunción y el Guada, no la cambio por nada del mundo, pues mi percepción social de solo usar tennis gringos, aún así estuvieran ya mediorotos, cambió al digerir que casi siempre el billete te pone un muro con razor electrificado para solo ver y nunca ser igual, a pesar de cualquier paja filosófica o de equidad que te puedan meter.


Luego, la U fue aterrizar, aún más, entre compañeros(as) con quienes compartía mas similitudes de las que alguna vez pensé, para luego "recorrer un recorrido" que me ha llevado a ser el individuo más o menos normal, promedio y extasiado en esta luna de miel con días todos pintados de rojo, añorando que marzo, abril y mayo sirvan para acrecentar este sentimiento de gozo que permite cargar cada vez con más ilusiones que las acostumbradas.


Esperanzas por ejemplo, como las de amigos y familiares que mastican el Inglés o el Español de España para subsistir, mientras viven y recuerdan sus días guanacos; sueños como los de quienes con su discapacidad física o sus siete décadas a cuestas han votado para al fin ganar; confianza como la de quienes han votado por primera vez (sin anular su oportunidad) a sus 38 o 42 años; aplomo como el de los nietos que le escondieron el DUI a su abuelo arenero recalcitrante y aún lo tienen por perdido para evitar tal barrabasada del señor; valor como el de quienes defendieron el voto, forcejeando con policías y funcionarios gubernamentales que protegían a extranjeros con DUIS legales pero falsos a la vez; sabiduría de medio país ofendido que ha dado el ejemplo al mundo para imaginarse un futuro que ya no puede ser decidido por oligarcas, al menos no en su absoluta totalidad.


El falsamente calificado como arenero moderado, Alfredo Mena Lagos, se aventó incluso un "el país ha estado en manos de los más ricos de los más ricos, para el servicio de los más ricos de los más ricos". Si eso ya se sabe, no sigan robando cámara gente, ya su momento pasó; si pueden, mejor échense un viaje así largo, vayan al Tibet, déjense crecer la barba, que se yo, para eso tienen el billetiyo y, eso sí, por favor, déjennos el pedacito de El Salvador que no han podido tocar, ese que existe gracias al amor que le tenemos a la vida misma: combatientes, militantes, lisiados, profesionales, campesinos, comerciantes, familias enteras, obreros, estudiantes e incluso los peques que no votaron con miedo en las eleccioncitas. Así, unidos, quienes de verdad creemos en ese concepto real, sincero y con todas sus letras, estamos ya, de a poco, creyéndonos eso de "practicar las verdades", "escribiendo la historia, nuestra historia". No la de "Another Latin American Leftist Government", sino que la nuestra, la que existe, la historia con principio feliz.

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